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Mapa verde em lâmpada com ícone de energia renovável.

Mitos y verdades: transición energética

11/03/25

La transición energética, el proceso de reemplazar gradualmente las fuentes de energía fósiles por alternativas renovables y sostenibles, es uno de los mayores desafíos globales de la actualidad. Esta transformación busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ampliar la eficiencia energética y promover un sistema energético más resiliente y accesible. En Brasil, el tema está cobrando relevancia debido al papel estratégico del país en materia de energía renovable. Sin embargo, aún existen muchas dudas sobre los beneficios y la eficacia del tema.

Estos son algunos mitos y verdades sobre la transición energética

:

La transición energética consiste simplemente en cambiar los combustibles fósiles por otros renovables.


Mito. Si bien la sustitución de los combustibles fósiles es un pilar de la transición energética, también implica cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía. Por ejemplo, la modernización de las redes eléctricas (como el uso de redes inteligentes) y las nuevas tecnologías para almacenar y transportar energía, como el hidrógeno verde y

las baterías avanzadas.

La transición energética se lleva a cabo desde el siglo XIX.


Verdad. En el siglo XIX, durante la Revolución Industrial, el carbón sustituyó a la leña y poco después, en el siglo XX, fue sustituida por el petróleo. Ha llegado el momento de que las energías renovables sustituyan al petróleo, pero esta vez, la urgencia de una transición es aún mayor, ya que la necesidad de proteger el planeta contra el calentamiento global aumenta considerablemente

.

Incluso con una matriz de energía limpia, Brasil aún no ha completado su transición energética.

Verdad. La matriz energética brasileña es una de las más limpias del mundo, con énfasis en la energía hidráulica y el uso de biocombustibles. Sin embargo, aún existen desafíos importantes, como la dependencia de las centrales termoeléctricas durante los períodos secos, el aumento de la demanda de electricidad y la necesidad de expandir fuentes como la solar y la eólica. La transición en el país es un proceso continuo y necesario para garantizar la sostenibilidad a largo plazo

.

Las energías renovables no son más caras que los combustibles fósiles.

Verdad. El costo de tecnologías como la energía solar y eólica se ha reducido drásticamente en las últimas décadas, lo que las hace más competitivas o incluso más baratas que los combustibles fósiles en muchos casos. Además, las energías renovables ofrecen beneficios ambientales y sociales que no se tienen en cuenta en los costos directos de los

combustibles fósiles.

La transición energética no beneficia a los países emergentes.

Mito. Los países emergentes, como Brasil, tienen mucho que ganar con la transición energética. Invertir en energías renovables crea empleos locales, reduce la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles y aumenta la resiliencia energética. En Brasil, las condiciones naturales son extremadamente favorables, especialmente para la energía solar, eólica y de biomasa, lo que coloca al país en una posición estratégica en el

escenario mundial.

Es posible llevar a cabo la transición energética sin políticas públicas.

Mito. La transición energética depende de políticas públicas sólidas para regular, fomentar y financiar los cambios estructurales. Las subvenciones, las subastas de energía renovable, las regulaciones sobre emisiones de carbono y los incentivos a la investigación son esenciales para permitir esta transición. En Brasil, programas como Proinfa (Programa de incentivos para fuentes alternativas de electricidad) y RenovaBio, la Política Nacional de Biocombustibles, establecida por la Ley núm. 13.576/2017, demuestran el papel crucial de las políticas públicas en el avance del sector

.

La transición energética es la solución a todos los problemas ambientales.

Mito. Y si bien la transición energética es vital para mitigar el cambio climático, no resuelve todos los problemas ambientales. Es necesario abordar paralelamente cuestiones como la deforestación, la contaminación del agua y la degradación del suelo. En Brasil, por ejemplo, la expansión de la bioenergía debe equilibrarse con prácticas sostenibles para evitar los impactos ambientales adversos

.

La transición energética es beneficiosa para el desarrollo económico.

Verdad. Lejos de ser un obstáculo, la transición energética puede impulsar el desarrollo económico mundial. La expansión de sectores como la energía solar y eólica crea empleos, atrae inversiones y promueve la innovación tecnológica. En Brasil, se estima que el sector de la energía renovable empleará a más personas que las industrias del petróleo y el gas

en el futuro.

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