La movilidad sostenible es una cuestión esencial para el funcionamiento de las ciudades, ya que integra eficiencia, accesibilidad y respeto al medio ambiente, repercutiendo directamente en la calidad de vida y la economía de la población.

La cuestión ha adquirido relevancia mundial, especialmente ante el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de carbono. En Brasil, donde el crecimiento urbano no siempre ha ido acompañado de una planificación eficiente, el sistema de desplazamientos se enfrenta a retos que van desde infraestructuras inadecuadas a problemas relacionados con la sostenibilidad. Pero también presenta importantes oportunidades de transformación urbana, haciendo de las ciudades brasileñas mejores lugares para vivir.

He aquí algunos mitos y verdades sobre la movilidad sostenible:

Cambiar el coche por la bicicleta es la única forma de lograr una movilidad sostenible

Mito. Aunque la bicicleta es importante para la movilidad sostenible, no es el único medio de desplazamiento más beneficioso para el medio ambiente. Un transporte público eficiente, el uso de vehículos menos contaminantes (como los eléctricos o los impulsados por biocombustibles), las infraestructuras peatonales e incluso las estrategias para reducir la necesidad de desplazarse, como el teletrabajo y la planificación urbana integrada, son componentes esenciales de la movilidad sostenible.

En la misma línea, no es necesario abandonar por completo los coches que funcionan con combustibles fósiles. Se puede fomentar el uso consciente de estos vehículos compartiendo coche. Más gente utilizando un medio de transporte significa menos coches en la carretera.

Los coches eléctricos reducen las emisiones contaminantes locales, pero no son la solución definitiva para la movilidad sostenible

Cierto. A pesar de ser una parte importante de la movilidad sostenible, el coche eléctrico no resuelve problemas como los atascos, el consumo de espacio urbano y la extracción intensiva de materias primas para las baterías. El uso de este vehículo debe complementarse con opciones alternativas colectivas y activas, como el transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie.

Muchas soluciones de movilidad sostenible son asequibles e incluso ahorran dinero a largo plazo.

Cierto. Aunque algunas iniciativas requieren elevadas inversiones iniciales, como la implantación de metros o corredores de autobuses, muchas otras soluciones de desplazamiento sostenible son más baratas. Por ejemplo, los carriles bici, las aceras accesibles y los sistemas de bicicletas compartidas tienen costes relativamente más bajos y un impacto significativo en la calidad de vida de las personas. Además, las políticas de incentivos, como las subvenciones al transporte público o los programas para compartir coche, también pueden aplicarse con poco coste.

La movilidad sostenible sólo beneficia al medio ambiente

Mito. Los beneficios de la movilidad sostenible van mucho más allá de la preservación del medio ambiente. Mejorar la salud pública (reduciendo la contaminación atmosférica y fomentando la actividad física), reducir el tiempo empleado en los desplazamientos y recortar los costes relacionados con el transporte individual son ventajas que también aporta la movilidad sostenible. Además, las ciudades más sostenibles son más atractivas para la inversión y el turismo, generando beneficios económicos para todos.

​​La movilidad sostenible es viable en cualquier contexto urbano, incluidas las ciudades pequeñas y medianas

Cierto. Ciudades de todos los tamaños pueden implantar la movilidad sostenible. En localidades donde las distancias suelen ser más cortas, por ejemplo, iniciativas como los sistemas de bicicletas compartidas, un transporte público más eficiente (teniendo en cuenta mejores rutas, horarios y puntos de salida y llegada) e incentivos para caminar (mediante rutas peatonales señalizadas) pueden aplicarse con un impacto inmediato y positivo.

Ninguna ciudad de Brasil fomenta la movilidad sostenible

Mito. Lugares como São Paulo, Brasilia y Río de Janeiro han ampliado sus redes de carriles bici y promovido el uso de la bicicleta como transporte cotidiano, mediante estaciones de este medio de transporte diseminadas en regiones estratégicas.

El sistema público no fomenta la movilidad urbana sostenible en las grandes ciudades

​​​​Mito. Sistemas como el BRT (Bus Rapid Transit) y los carriles exclusivos para autobuses son ejemplos de movilidad urbana sostenible en los grandes centros de Brasil, que aumentan la eficiencia y reducen las emisiones.

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La planificación urbana integrada, el desarrollo de políticas públicas, el uso de la tecnología y la participación de la comunidad son vías esenciales para la aplicación efectiva de la movilidad sostenible.

Cierto. La apuesta por construir entornos más compactos, con fácil acceso al trabajo, el ocio y los servicios básicos, reduciendo la necesidad de largos desplazamientos, así como las subvenciones al transporte público, los incentivos al uso de vehículos limpios y la normativa sobre emisiones contaminantes, son acciones clave para una buena planificación de la movilidad sostenible. Además, el uso de la tecnología es esencial, con aplicaciones para compartir viajes, soluciones para mejorar el seguimiento del transporte público y la gestión inteligente del tráfico.

Otra forma de optimizar los sistemas urbanos es implicar a los ciudadanos en la fase de planificación. La voz de quienes participan en el día a día de la ciudad hace que las actuaciones sean más eficaces y adecuadas a las necesidades locales.