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Con una historia de amor por la profesión, André es mucho más que uno de los colaboradores simbólicos de Neoenergy, también es un personaje con una historia de vida que sirve de inspiración.
Hace cinco años y seis meses, la historia de André Luís Jesus Vieira, electricista del área de inspección energética y control de pérdidas de la empresa distribuidora bahiana de Salvador, pasó a formar parte de la historia de Neoenergia Coelba. André, el segundo hijo de una familia de cuatro hermanos, de 32 años, es el único cuyo trabajo se basa en la energía. Pero no quiere que todo acabe ahí, no: su objetivo es inspirar y hacer que el próximo (o el próximo) miembro de la familia cuente esta historia de conexión con la energía a su manera y de una forma tan bella y apasionada como la suya.
Con una historia de amor por la profesión, André es mucho más que uno de los colaboradores simbólicos de nuestra organización, el electricista, también es un personaje con una historia de vida que sirve de inspiración.
Creada solo por su madre, una figura en la que se centró, además de las obligaciones maternas, las paternales, André la presenta como la razón de todo lo que es y hace hasta el día de hoy. «Es padre y madre y todo lo que hago es para ayudarla», declara con orgullo el electricista.
Quizás de ahí viene tanta inspiración y fuerza que muestra André, además de la amplia sonrisa que destila alegría, como podemos ver impresa en los rostros de la señora Edna y su hijo durante la entrevista.
Y aquellos que ven tanta alegría en estos dos no pueden imaginarse lo fuertes que tenían que ser. Hace tres años, a la señora Edna (59) le diagnosticaron un cáncer de estómago, y fueron su hijo y su nuera —Taíse, la gran compañera a la que André recordaba con cariño durante la historia— quienes encontraron apoyo para continuar.
Con una historia de amor por la profesión, André es mucho más que uno de los colaboradores simbólicos de nuestra organización, el electricista, también es un personaje con una historia de vida que sirve de inspiración.
Creada solo por su madre, una figura en la que se centró, además de las obligaciones maternas, las paternales, André la presenta como la razón de todo lo que es y hace hasta el día de hoy. «Es padre y madre y todo lo que hago es para ayudarla», declara con orgullo el electricista.
Quizás de ahí viene tanta inspiración y fuerza que muestra André, además de la amplia sonrisa que destila alegría, como podemos ver impresa en los rostros de la señora Edna y su hijo durante la entrevista.
Y aquellos que ven tanta alegría en estos dos no pueden imaginarse lo fuertes que tenían que ser. Hace tres años, a la señora Edna (59) le diagnosticaron un cáncer de estómago, y fueron su hijo y su nuera —Taíse, la gran compañera a la que André recordaba con cariño durante la historia— quienes encontraron apoyo para continuar.