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Educación para la paz

Paz para mejorar la vida.

¡El

administrador soteropolitano Raimundo dos Santos cree en la cultura de la paz para mejorar la calidad de vida! Esto lo heredó de sus padres, quienes aportaron fuertes valores de humanidad y espiritualidad a ese niño de entonces.

A lo largo de su vida, Raimundo se enamoró de los libros y, a través de ellos, conoció al artista ruso Nicholas Roerich, quien retrató la paz, la belleza, la cultura y la preservación del patrimonio y la memoria cultural, y que murió incluso antes del nacimiento del joven entusiasta y fanático de sus enseñanzas. También fue el artista quien lo inspiró a unir arte, ciencia, cultura y espiritualidad en el Instituto Roerich de Paz y Cultura de Brasil, creado oficialmente en 1999. La misión de la institución se refleja fácilmente en el discurso de Raimundo: «reducir la violencia mediante la educación para la paz, el arte, la cultura y la ética de la vida». El caso es que, a los 59 años, ese chico todavía tiene en el corazón las enseñanzas de sus padres y le brillan los ojos cuando habla del Instituto y de la transformación que ha ido logrando.

Para él, su gran motivación es «trabajar por una vida mejor para las personas, tener calidad de vida, tener oportunidades de educación, tener acceso a la cultura, tener una salud integral...». Esto incluye educar para la paz y brindar oportunidades laborales a los ciudadanos mediante la profesionalización de la cultura local de su vecindario. Y, por cierto, varias de estas localidades, antes de las acciones del Instituto, registraban altos índices de violencia.

¿Recuerdas que hablamos del brillo en los ojos? Esa es la razón. Pero no ha sido fácil. Es necesario contar con recursos para brindar oportunidades a las personas de llevar a cabo las acciones propuestas. Y este es uno de los mayores desafíos identificados por Raimundo. ¿Cómo resolverlo? El administrador quiere combinar la creatividad, la innovación y la tecnología para ser consciente de lo que puede atraer a las personas a su proyecto y así promover transformaciones y nuevos entendimientos.

Tanto es así que el Instituto se está expandiendo en Brasil, en las ciudades de Recife (Pernambuco) y Bauru (São Paulo), y fuera de él, en Lisboa y Colombia.

Conocernos como seres que no son solo un cuerpo físico, sino luz, corazón y compasión. Eso es lo que Raimundo quiere dejar como mensaje. La meditación, las palabras y los pensamientos positivos, el autoconocimiento, la ampliación de la percepción de la belleza, entre otras cosas, pueden cambiarlo todo,

asegura