Fotografía​: Pedro Pereira/PCR

Celebrado el 16 de marzo, el Día Nacional de Concienciación sobre el Cambio Climático desata una advertencia sobre los efectos de las actividades humanas en la rápida aceleración de la temperatura del planeta. En Brasil, los resultados del cambio climático han empeorado en los últimos años, afectando directamente a actividades como la generación de energía y la agricultura.​

 

No es difícil ver cuánto más calurosos son los veranos y las lluvias más abundantes. Esto se debe a que el cambio climático, una fluctuación natural de la Tierra, se ha acelerado a un ritmo sin precedentes por actividades como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agroindustria. El llamado calentamiento global es una consecuencia de las emisiones de un volumen creciente de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente dióxido de carbono, cuyos mayores efectos son un aumento de las temperaturas medias de la superficie del aire y de la superficie del mar.​  



 

Según la Organización Meteorológica Mundial, de 2011 a 2020 tuvimos la década más cálida desde que comenzaron los registros, con un aumento de 1,2 °C en comparación con los niveles que precedieron a la Revolución Industrial. La aceleración intensificada en las últimas tres décadas ha generado una serie de impactos económicos y sociales, como la mayor incidencia de fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, procesos de desertificación, tsunamis y tormentas importantes, cambios en los ciclos de flora y extinción de especies.

En el mundo, los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero son China, Estados Unidos y la Unión Europea. Pero Brasil llega poco después, como consecuencia de actividades como la agroindustria y la deforestación. En 2020, un área de 8.426 km² fue deforestada en el bioma de la Selva Amazónica, según el Instituto de Investigación Espacial (Inpe), con un aumento del 14% en las alertas de deforestación en comparación con el año anterior. Debido a sus grandes dimensiones, cada región del país se ha visto afectada de manera diferente por el calentamiento global, ya sea con el cambio en el régimen de lluvias extremas, inundaciones y sequías.​

Década Oceánica​

Otra consecuencia que merece atención es el derretimiento del hielo polar que ha ido aumentando el nivel de los océanos, lo que puede causar desplazamientos migratorios de grandes poblaciones. En un informe especial sobre el océano, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) constató que en las últimas décadas el calentamiento global ha llevado, por ejemplo, a la pérdida de masa de mantos glaciares y a reducciones en el espesor del hielo marino ártico.​​

La preocupante situación de los mares llevó a las Naciones Unidas a declarar el período comprendido entre 2021 y 2030 como el Decenio de las Naciones Unidas de Ciencia Oceánica para el Desarrollo Sostenible, o Década de Océano. Siguiendo el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 de la Agenda 2030, llamada Vida en el Agua, el Decenio Oceánico alienta a los más diversos actores a construir e implementar conjuntamente actividades sostenibles en océanos, mares y recursos marinos.​

Un caso particularmente preocupante es la situación de los corales. Según el IPCC, el calentamiento global y la absorción de dióxido de carbono por los océanos pueden causar blanqueamiento de hasta el 70-90% de los corales en el mundo, lo que lleva a su extinción.​ 

Alianza entre WWF-Brasil y el Instituto Neoenergia, el Proyecto Coralizar pretende hacer la restauración, el mantenimiento y adaptación de los arrecifes de coral una agenda prioritaria en Brasil, además de involucrar a varios actores sociales sobre la importancia de la preservación de los océanos, a través de la difusión de información y el empoderamiento de las comunidades locales.

Especialmente activo en el noreste, en lugares como Porto de Galinhas, el proyecto se divide en dos ejes estratégicos principales: el desarrollo de una metodología de restauración coralina y el incentivo a la investigación en arrecifes mesofóticos (aguas profundas, de hasta 150 metros de profundidad), junto con la difusión del conocimiento a la sociedad científica y civil y la promoción de nuevos modelos de negocio basados en la sostenibilidad.​

Desafío de los Corales​ 

​En una edición reciente de CESAR Summer JOB, estudiantes de diferentes universidades pasaron por una inmersión de seis semanas en la que tuvieron la oportunidad de adquirir conocimientos prácticos relacionados con los arrecifes de coral y la realización del proyecto Coralizar. En el Desafío Coralizar, de la Década del Océano como inspiración, se les instó a encontrar soluciones a la siguiente pregunta: ¿Cómo crear un protocolo de restauración de coral que sea financieramente sostenible a largo plazo?

Hablamos con algunos de estos participantes, que hablaron sobre la experiencia en CESAR Summer Job y sobre el futuro de los corales, trayendo informes de aprendizaje y esperanza. ¡Conoce un poco más sobre esta historia!​